Manifiesto | Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

El 25 de Noviembre, se conmemora del Día Internacional por la erradicación de la violencia contra las mujeres. Es un día para reivindicar, reflexionar, visibilizar y recordar. En estos meses de 2020 han sido asesinadas 40 mujeres a mano de sus parejas o exparejas. En sus nombres se refleja la diversidad. Mónica, Olga, Judith, Liliana, María Concepción, Manuela, Rosa, Lorena, Clara, Ana María, Alina, María del Mar, Manuela, Concepción, Mónica, Mirem. Karina, Annick, Josefa, María Belén, Madalina, Gloria, Carolina, Lillemor Christina, Teresa, Alina, Rosalía, Nancy Paola, Yessica Daniela, Saloua, Eugenia, Susana, Li son algunas de las mujeres de esta lista.

La violencia de género no entiende de clases sociales ni culturas y su impacto es mundial. En España las mujeres inmigrantes están sobrerrepresentadas en las cifras de víctimas (de los totales de 2019, la ratio por millón era de 35 para las mujeres extranjeras frente a 10 para las españolas), siendo además creciente en los últimos años el porcentaje de víctimas de nacionalidad extranjera. En el análisis y difusión de los datos se habla generalmente de nacionalidad en vez de país de origen, y con ello se esconden variables transculturales muy determinantes.

Frente a la violencia de género aún no hay vacuna, ni si quiera experimental. Alrededor de la Violencia contra las mujeres están el miedo, la soledad, el silencio y los gritos, la falta de oportunidades, el aislamiento, los chantajes, las peligrosas promesas, la incertidumbre ante el futuro, el desconocimiento, las barreras y distancias reales,  la invisibilidad,  la trabajada culpa, la pérdida de control,  el dejar  atrás,  los trámites distantes, la pendiente que aparece al  volver a empezar, la reincidencia, las familias, el teléfono, el dolor del amor, las mentiras, el sentimiento de inferioridad, los dedos y miradas cuando señalan, la sobrecarga familiar,  ese idioma tan complejo, la vergüenza, los insultos, el dolor físico y del alma, la desesperanza, la huida, ese juicio, la obligación, el cansancio, la espera, los centros y las normas,  la rutina, el miedo, la soledad, el silencio… de nuevo,  o quizá desde hace mucho tiempo. Es una espiral que se repite, y que aún no hemos logrado detener.

Conocemos las claves y dónde están las puertas. No nos cansaremos de repetir que el empleo es la llave de la igualdad de oportunidades, en todos los ámbitos y especialmente en este tema. La formación, la educación, el empoderamiento, la participación social y el reconocimiento. El empleo abre una fuente de ingresos propios y generalmente tiene impacto positivo  y genera cambios  en otros aspectos.  Para  las mujeres inmigrantes es además un camino de independencia  ya que la cotización y los ingresos son dos puntos fundamentales en su  la situación jurídico-administrativa de las personas migrantes.

Escapar de la violencia machista es uno de los motores migratorios más duros. La huída por motivos de violencia de género no está contemplada entre los criterios de aceptación de una solicitud de asilo. Es un hecho que ya advertíamos antes de 2015,  año de la llamada “crisis de refugiados en Europa”.  Son factores migratorios que además multiplican: violencia  intrafamiliar, violencia sexual y violencia asociada a crisis políticas y de falta de seguridad en el país de origen.

Queremos reflejar también a otras víctimas. Las mujeres que guardan su historia, que la dejaron atrás y solo la narran cuando ya ha pasado mucho tiempo. Y las más frágiles, las que actualmente están encerradas en la desvalorización y los micromachismos,  en una violencia psicológica que ha aprendido a no dejar pruebas. Mujeres valientes  para las que esperamos que haya pronto alternativas.

PROCOMAR VALLADOLID ACOGE