En el Día Internacional de la Mujer queremos reivindicar una ciudadanía con plenos derechos para todas las mujeres migrantes y refugiadas, y reconocer el liderazgo que desempeñan en todo el mundo para lograr una sociedad igualitaria y libre de violencias
Miles de mujeres a lo largo de los siglos han luchado para romper con una sociedad que restringe derechos y libertades y se asienta en una desigualdad sistémica. Han reivindicado su papel como agentes políticos en la defensa y promoción de los derechos humanos, exigiendo el fin de las leyes, políticas, prácticas y actitudes sociales y culturales que las discriminan por el hecho de ser mujeres.
Las mujeres migrantes asumen retos, grandes riesgos y superan inmensas barreras para intentar tener una vida digna. En la mayoría de los casos se ven obligadas a migrar sin las autorizaciones de residencia y trabajo necesarias ante los graves obstáculos para conseguir los visados necesarios en su país de origen.
Una vez en el Estado español, la ley que debería proteger sus derechos se los niega. La ley de extranjería las obliga a vivir un mínimo de tres años de exclusión en situación administrativa irregular y las empuja al trabajo informal y a la economía sumergida.
La irregularidad administrativa provoca que las mujeres migrantes se encuentren expuestas a innumerables situaciones de discriminación, explotación y abusos, limitaciones en el ejercicio de múltiples derechos y provoca una situación de mayor vulnerabilidad frente a todo tipo de violencias. Esta situación se ha visto agravada por la crisis sanitaria, social y económica provocada por la pandemia de la COVID-19.
Además, la normativa de extranjería limita el acceso a la justicia y facilita que los abusos, la explotación, la violación de derechos y la violencia de que son objeto las mujeres migrantes en situación irregular, puedan quedar en la impunidad. El temor a la apertura de un procedimiento de expulsión genera que, muchas personas en situación irregular cuando son víctimas de un delito, no acudan a interponer la denuncia en dependencia policiales.
Por todo ello, son muchas las mujeres migrantes, refugiadas, asociaciones y plataformas formadas por ellas, que denuncian y reivindican derechos para la construcción de una sociedad igualitaria.
En el Día Internacional de la Mujer nos unimos a las reivindicaciones de las mujeres migrantes y exigimos:
La modificación de la legislación de extranjería para acabar con la exclusión y discriminación que genera.
La adopción de las medidas necesarias para garantizar la seguridad jurídica y protección a las mujeres migrantes en situación administrativa irregular, y la denuncia segura ante la vulneración de sus derechos.
La eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio, incluida la trata de personas y la explotación laboral, así como la equiparación de los derechos laborales de las mujeres trabajadoras de hogar y cuidados y la protección efectiva de los derechos de las jornaleras y porteadoras.
Porque lo esencial es que las mujeres sean reconocidas como ciudadanas con plenos de derechos, en igualdad, con independencia de su condición migratoria.